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MERLÍN es E. Martínez
(Vidente e investigador.) Dcdo. y profesor universitario. Escritor y columnista.
Ojalá encuentres en el blog la información y/o ayuda que buscas.
Y agradecimientos a Blogger por el espacio ofrecido.

12 junio 2007

Así se aprovecha el mal de los muertos

Para todos aquéllos que creen en la vida después de la muerte, el paso al otro mundo no está exento de peligros y el Mal, por supuesto, sigue allí tan activo como en éste. Cuando alguien muere de forma repentina, se suicida o es asesinado, quizá no encaje bien su nuevo estado y entonces se quede vagando en un terreno intermedio, convertido en esclavo del Mal, en el caso de que su emoción se identifique con algo tan material como la comida, el alcohol, el sexo o con alguna de las obsesiones que tuvo mientras vivía, como los deseos de venganza. Por ello es importante no estar confundido en el momento de la muerte, sino consciente. Algunos de estos fantasmas se alojan rápidamente en el cuerpo de un familiar, provocando una posesión accidental. El conocimiento de esto ha generado mucha literatura en diversas religiones sobre el ritual que debería observarse en todo funeral. Entre las normas dadas por algunos especialistas en el tema están el no llorar a los difuntos y la cremación a los tres días del deceso. De ese modo se evita que todavía haya energía en el cuerpo, y también que -sobre todo en algunos países- el cadáver pudiera ser utilizado por brujos para obtener un zombi.
También cabe destacar la importancia que se da en el Libro tibetano de los muertos al último momento: "Cuando la muerte se presenta al hombre pecador sobre quien pusieron su mano los deseos y la concupiscencia, los demonios se acercan, lo aferran, torturan y le hacen ver los espectros". Por todo ello el ser humano deber preparar su muerte en vida, recordando que ese día llegará.

08 junio 2007

La venganza del buque solitario

El mar nos proporciona historias que, de no haber testigos, las consideraríamos irreales. Aquélla, por ejemplo, en la que un barco sin tripulación intentó "vengarse" de otro.
Nos encontramos frente a las costas de La Rochelle, el 19 de marzo de 1884, a bordo del Frigorifique, el primer barco francés equipado con instalaciones de refrigeración. De nuevo aparece ese velo de misterio que envuelve al mar, la niebla, que en esta ocasión es persistente y espesa. Raúl Lambert, capitán del barco, escucha de pronto una sirena, pero no puede distinguir de dónde procede. Como medida de precaución, para las máquinas y lanza, a su vez, tres prolongados toques de sirena. Nadie contesta, de modo que tan peligroso resulta quedarse quieto como avanzar. Lambert se decide por esto último, tomando un rumbo cualquiera y navegando a muy pequeña velocidad sin dejar de tocar la campana para avisar de su paso. De improviso emerge de la bruma, por estribor, el casco negro de otra embarcación; pese a que la barra del gobernalle es empujada inmediatamente a babor, con desesperados golpes de timón, es ya demasiado tarde y ocurre lo inevitable. Tras ser violentamente abordado, el Frigorifique se escora por la banda de estribor y el capitán da a toda su tripulación la orden de evacuarlo. El barco que ha producido el choque es un carguero inglés, el Rumney, que había salido horas antes de La Rochelle rumbo a Cardiff. El Rumney no sufrió avería alguna y su capitán acogió de buen grado a los hombres del Frigorifique. Mientras tanto, el barco herido desapareció en la niebla...
Transcurridas unas dos millas, John Turner, el capitán del Rumney, descubre entre la niebla una embarcación que lleva su mismo rumbo. Es el Frigorifique, pero ahora aparece misteriosamente enderezado, soltando un humo espeso por su chimenea -pese a que sus motores fueron apagados antes de la evacuación- y avanzando a tal velocidad que parece decidido a tomar represalias por haber sido abordado.
El timonel del Rumney gira rápidamente a su derecha, para que su barco siga un rumbo paralelo al que ha tomado el barco francés, y eso evita el encontronazo por pocos centímetros. De nuevo, el "vengador" desaparece en la bruma.
Los dos capitanes tratan de desentrañar lo ocurrido. ¿Es posible que haya sido un barco parecido al Frigorifique? Lambert lo conoce demasiado bien y niega con la cabeza. Apenas media milla más lejos el Frigorifique vuelve a la carga contra el Rumney, pero esta vez a toda máquina y apuntando con su poderosa roda al vientre del enemigo. "¡Todo a babor!", grita Turner a su aterrorizada tripulación, y luego "¡Todo a popa!". Pero esta vez las maniobras no alcanzarán su objetivo, el poderoso Frigorifique aborda al carguero inglés con un estruendo de tormenta, y el agua comienza a invadir casco y máquinas. El Frigorifique desaparece de nuevo, mientras el Rumney comienza a hundirse en el mar. Dos chalupas son lanzadas al agua y en ellas se embarcan las dos tripulaciones, finalmente testigos del hundimiento total del carguero inglés. La "venganza" se ha consumado.