Google

MERLÍN es E. Martínez
(Vidente e investigador.) Dcdo. y profesor universitario. Escritor y columnista.
Ojalá encuentres en el blog la información y/o ayuda que buscas.
Y agradecimientos a Blogger por el espacio ofrecido.

25 mayo 2007

Pensamiento creador

Que el pensamiento es capaz de crear cosas sólidas en la realidad no es sólo una creencia más de la llamada new age; esta idea aparece en los textos budistas, en el Talmud hebreo y en los escritos del taoísmo, por citar sólo algunas de las grandes corrientes religiosas y filosóficas que configuran y nutren algunas de las raíces del mundo actual en que vivimos.
El mensaje es bien claro: el pensamiento es una fuerza creadora y por tanto, capaz de determinar lo que vivimos y cómo lo vivimos.
Claves para trabajar con las imágenes interiores
Las palabras y las imágenes son formas diferentes y complementarias de guiar el pensamiento creador. Para comenzar a entrenarse, comience por lo pequeño. Cree en su mente una imagen sencilla: alguien le abre la puerta con una sonirsa y con una actitud amistosa. Refuerce esa imagen con una afirmación en el mismo sentido. Espere unos días y compruebe si la escena que ha creado se corresponde con la realidad.
Crear una imagen interior es como pintar un cuadro. Cuantos más detalles añada, cuanto más cariño ponga en completar y sentir vivamente la escena, mejores resultados obtendrá.
Cada uno tiene su forma personal y particular de configurar el pensamiento creador. No se desanime si cree que no tiene facilidad para "ver". Lo importante es que "sienta", que perciba plenamente la impresión de la imagen creada.
La imaginación consciente actúa como unas tijeras virtuales con las que recortamos situaciones del futuro... para atraerlas hacia nuestra vida. Recuerde que nunca tenemos todos los datos y que lo que ahora nos parece deseable puede que a la larga no lo sea.
Tenga muy presente que el poder no es suyo, sino de Dios. No pretenda controlar lo que desconoce. La regla de oro para utilizar el poder del pensamiento creador es respetar siempre la libertad de los demás.