Técnica de relajación y visualización
-Encenderemos una vela. La llama deberá estar a la altura de los ojos y a una distancia prudencial. Se utiliza una llama por que es el símbolo universal de la luz, y la luz es amor, la esencia de nuestro ser.
-Adoptaremos una postura que nos resulte cómoda, siempre con la espalda recta. Las manos deberán acomodarse en el regazo.
-Repetir mentalmente afirmaciones positivas, por ejemplo "Estoy cada vez màs tranquilo, calmado...". "Me relajo a voluntad. Yo soy el dueño de mi cuerpo. Yo domino mi cuerpo y mi mente”
-Ahora debemos mirar la llama fijamente. Esto nos puede llevar unos pocos minutos, dependiendo de nuestra habilidad de concentrarnos. El objetivo es grabarnos la imagen de la llama en nuestra mente.
-Cerramos los ojos, con la llama firmemente grabada en nuestra mente, la llevamos lentamente en nuestra imaginación hacia el interior de nuestra cabeza. La hacemos bajar iluminando el interior de nuestros ojos y purificándolos, luego hacia el interior de nuestra nariz, nuestros oídos, luego hacia nuestra boca, siempre iluminando nuestros órganos y purificándolos, sanándolos. Luego hacia nuestra garganta, bajando lentamente por los pulmones hacia el corazón, allí descansará la llama e iluminará nuestro corazón con una luz muy blanca y brillante.
-Después dividiremos la llama en dos y la dirigiremos hacia nuestras manos, iluminando y purificando. La hacemos regresar y dirigirse hacia nuestras piernas y pies. Luego dirigiremos nuevamente la llama hacia el corazón.
-Comenzamos a tratar de relajar más aún nuestra mente, intentando no pensar en nada. No debemos luchar contra los pensamientos que aparezcan, sino observarlos calladamente y dejarlos ir. Repetir este ejercicio habitualmente, nos proporcionará un cierto dominio sobre nuestro poder mental, además de relajarnos y aumentar nuestra paz interior.
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