Tarot Dalí

El gran pintor Dalí también realizó su propia baraja de Tarot. Sería una de sus últimas obras. Compuesta por 78 naipes, elaboró un Tarot completamente surrealista habiendo en muchas de sus figuras piezas que recuerdan enormemente a sus más detacados cuadros.
En cada una de las estampas se vislumbra el aspecto más personal y original del artista español, el producto de un entorno cultural y artístico en el que lo frívolo, las perversiones eróticas, las supersticiones, el gusto por la magia y la brujería, las mancias e incluso hasta el satanismo, están presentes.

Aunque muy conocido, son muy pocos los especialistas en cartomancia, sin embargo, los que lo usan para sus predicciones; siendo habitual entre estos calificarlo con frases tan constantes y reiterativas como definitorias: "hay algo en él que resulta extraño, negativo", "no ofrece buenas vibraciones",...

Estéticamente, obras de Delacroix, Ingres y otros maestros universales de la pintura, incluidas las del propio Salvador Dalí, son reconocidas en las bellas imágenes de este tarot (arte adivinatorio en el que Gala -su pareja y que despertó el interés por este campo en él- creía firmemente siendo el patrón a través del cual analizaba su vida y la del pintor a diario -cada mañana al despertar-, actuando en consecuencia según el dictado de las cartas). Así, por ejemplo, en el naipe de El Colgado la figura central deriva del cuadro 'Joven entre rosas' de Nicolás Hilliard. También ése es el caso de La Emperatriz, arcano en el que Dalí reinterpreta la escena del cuadro 'Grecia expirando sobre las ruinas de Missalonghi' de Delacroix. Sin duda este tarot es la primera relectura artística de los arcanos, desde 1910, y la única baraja pintada por un artista. Este ejercicio pictórico asocia dos fuentes temáticas: el simbolismo propio del tarot y la historia del arte. Y es que el surrealismo ya había manifestado un interés cierto por el Tarot. Bretón mismo lo había loado e incluso durante los comienzos de la II Guerra Mundial él y un grupo de acólitos diseñaron un Tarot Surrealista repleto de los símbolos y nombres habituales a esta corriente; y posiblemente un amigo de René Crevel, íntimo de Dalí, fuera el que le ayudara a dar los primeros pasos de una elaboración que es un destacable intento por modernizar y clarificar el valor simbólico de cada uno de los Arcanos en una simbiosis entre tradición y modernidad que, como resultado final, nos ofrece unos arcanos de gran plasticidad a la vez que iconoclastas, que también resultan transparentes en cuanto a su lectura, y son un compendio de la historia de la pintura. Con naipes un poco más largos que lo habitual -lo que le otorga al mazo una curiosa sensación de irrealidad-, este tarot es una verdadera pieza de arte surrealista (aparecen los famosos relojes blandos, el Quijote enraizado en un árbol, Gala y el mismo autor como el Mago,...) y un compendio de sabiduría iniciática. Cada carta es un ejemplo de precisión en la manera en que las imágenes escenifican y resumen el designio de cada uno de los Arcanos. Así, si analizamos El Mago observamos a Dalí representándose como un místico atrapado en su templo, tras su mesa de trabajo donde se hallan sus herramientas y un reloj blando. (¿Y cómo ha sido siempre descrito El Mago? Como un hombre sabio, apartado de la experiencia, que perfecciona su mayor talento: el dominio del tiempo.) A su vez, cada uno de los Arcanos Mayores incluye información que complementa el sentido de cada naipe: la letra hebrea que corresponde al Arcano, el número del Arcano, y el símbolo astrológico al que está referido (Marte para la carta de El emperador, la Luna nueva para La Sacerdotisa, Sagitario para El Carro,…). No son menos acertadas las representaciones que Salvador Dalí elaboró para los Arcanos Menores, casi didácticas en su claridad. Por ejemplo: el 10 de espadas, cuyo sentido está ligado con la traición, apareciendo la imagen del asesinato de César; o el 2 de Bastos, el crecimiento, que muestra a una hermosa campesina entre dos espigas observada por el Fénix.

Afirman que un Tarotista es siempre escogido por un mazo de cartas en particular, pero si se tiene la fortuna de ser llamado por la obra de Dalí, se dispondrá de un mazo claro y acertado para realizar correctas predicciones, ya que esa suma de presente, pasado y futuro que es la esencia del Tarot, está aquí presente con notoria sabiduría.