La hipnosis
La hipnosis utiliza la capacidad de la mente para crear nuevas realidades. Ejemplo interesante y bien documentado de esta capacidad mental proviene de la literatura placebo. En esta investigación, muchos cientos de estudios han demostrado que las creencias de la gente afectan a sus emociones, su comportamiento e incluso a su fisiología.
El término placebo viene del latín. La traducción es, "yo complaceré". Los tratamientos de placebo, desde la clásica píldora de azúcar hasta las inyecciones de soluciones salinas han demostrado efectos positivos con la presión sanguínea alta, los dolores de cabeza, la depresión, las úlceras, el catarro, la artritis, el dolor y más. tienen el potencial de influir sobre prácticamente cualquier dolencia. Evidentemente, lo que creemos que es la verdad es una medicina muy poderosa. La autohipnosis, fundamentalmente, construye nuevas creencias positivas para un crecimiento y un éxito mayores.
Los sueños y la experiencia hipnótica
Una manera de comprender la experiencia hipnótica es comparándola con el proceso del sueño. En nuestros sueños experimentamos las imágenes y los sentimientos como si fueran reales, a pesar de que sólo son, obviamente, sueños. Porque parecen ser reales, reaccionamos a ellos como reaccionaríamos a las experiencias del estado de vigilia. Si en nuestro sueño estamos siendo perseguidos por un tigre, podemos despertar asustados, con el corazón acelerado. De manera similar, la hipnosis funciona con las ideas y las imágenes en un estado mental más profundo y creativo. En este estado, las imágenes emplean una realidad propia. Podemos explorar nuevas posibilidades acerca de nosotros mismos como si fuesen reales. Podemos experimentar ganar más dinero, esquiar un slalon perfecto, ser sanados y estar sanos, cualquier cosa que deseemos. Debido a que la mente experimenta todas estas cosas como si fuesen reales, empezamos a descubrir nuevas maneras de ser.
Otra similitud con los sueños es la flexibilidad de la mente en trance. La mente en trance no está limitada por la lógica. Uno puede volar en bicicleta hasta un jardín inglés y tener una conversación con un ser querido que se ha marchado mucho tiempo atrás. En el sueño todo parece plausible y natural. En el estado de trance hipnótico la mente puede considerar todo tipo de posibilidades que no serían creíbles para la mente consciente debido a los límites aprendidos. En este estado, los filtros de control normales de la mente consciente son reducidos temporalmente, de modo que podemos experimentar visiones previamente imposibles de nuestro potencial. De este modo, la autohipnosis puede ser muy poderosa para ayudarnos a modificar las creencias limitadoras desde su raíz.
Por contraste, existe una importante diferencia entre los sueños y la hipnosis. Los sueños son básicamente sucesos casuales para la mayoría de la gente, no han sido planeados ni son intencionales. La experiencia hipnótica está dirigida por nuestra intención de cambiar o mejorar aspectos específicos de nuestra vida. En la autohipnosis dirigimos el centro de atención de nuestro trabajo interior. La autohipnosis, específicamente, canaliza la energía de la mente profunda para ayudarnos a encontrar las respuestas a cuestiones muy específicas. Además, la hipnosis no es estar dormido. En un trance hipnótico, comparado con el sueño, el cuerpo está generalmente más relajado y las ondas cerebrales están más activas que en el sueño.
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