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MERLÍN es E. Martínez
(Vidente e investigador.) Dcdo. y profesor universitario. Escritor y columnista.
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26 junio 2008

La posesión desde el punto de vista de un reverendo (exorcista)

El padre José Antonio Fortea, uno de los cinco exorcistas autorizados en España, aseguraba hoy en el Salón de Actos del Hospital Virgen de la Salud de Toledo, en la impartición de la conferencia "Posesión demoníaca o enfermedad mental. Estado de la cuestión en el siglo XXI", que la Iglesia católica no prohíbe los exorcismos "porque funcionan" debido a que en determinados casos curan los síntomas de los poseídos. No obstante, reconocía también que la Iglesia es consciente de que puede haber problemas mediáticos "y por ello no tiene interés" en publicitarlos.
Invitado por el Colegio de Médicos de la ciudad castellanomanchega, ha explicado que los exorcismos se dan en casos muy concretos que aparecen en personas diagnosticadas con esquizofrenia subrayando, en ese sentido, que los signos de posesión se dan en personas normales sin ningún tipo de problema mental que a raíz de un hecho esotérico concreto sienten presencias, entran en trance, hablan otras lenguas y tienen pesadillas continuas, "incluso en ocasiones manifiestan una aversión hacia lo religioso. (...) A ello se añade el elemento más característico que es el desdoblamiento de personalidad que se conjuga de un modo determinado y concreto: que con oraciones la persona puede volver a la normalidad aunque haya estado padeciéndolo durante varios años. (...) Si estos casos los cura un psiquiatra nosotros somos los primeros agradecidos, si no los curan ellos lo que les decimos es déjennos intentarlo a nosotros. La experiencia es que hay un buen número de casos en el mundo que se daban por crónicos y que son liberados a través de la oración. Respecto a esto, en la sociedad actual existe un dogma que se inculca a los médicos en las universidades desde el principio al hacerles considerar lo relativo al espíritu como una superstición y creer únicamente en la ciencia".
Con relación a las críticas que a menudo recibe el reverendo por parte de algnos colectivos laicos allá donde va por dar sus conferencias y transmitir sus conocimientos, argumentaba estar acostumbrado: "Pese a haber dado conferencias en universidades o ante psiquiatras y médicos, es una especie de reacción pueblerina de gente que si viajara un poco por el extranjero se daría cuenta de que es algo incomprensible. A algunos médicos les cuesta entender que un sacerdote pueda ser también científico. Normalmente este tipo de personas no suelen escuchar las conferencias y son personas dogmáticas que no creen en la existencia del espíritu y no les merece la pena escuchar a un sacerdote porque sería una pérdida de tiempo".