Escarabajo

Es el protagonista de innumerables supersticiones, generalmente beneficiosas y, sobre todo, curativas.

El escarabajo era venerado por los egipcios, ya que simbolizaba la creación, el principio del mundo animado y la resurrección. Por ello, cuando se embalsamaba un cadáver, se colocaba este coleóptero en el lugar del corazón. En todos los monumentos de dicha civilización aparecía su imagen y era habitual tener o llevar un escarabajo como amuleto o talismán portador de buena suerte.

Los griegos llevaban anillos con un escarabajo grabado.

Los romanos llevaban encima unas bolsitas que coontenían los cuernos de un escarabajo, pues lo consideraban un amuleto de gran poder. Por el contrario, algunos pueblos de origen celta tenían la creencia de que los escarabajos negros debían ser eliminados, porque fueron ellos los que indicaron a los soldados romanos dónde se encontraba Jesucristo en el huerto de Getsemaní.

Un escarabajo colgado del cuello de un paciente servía para curar enfermedades, como la tos ferina y los dolores de estómago. Si se tenía encerrado en el puño muy apretado servía para curar enfermedades nerviosas.

Encontrarnos con un escarabajo verde con brillos metálicos nos dará buena suerte. Por el contrario, si nos encontramos con un escarabajo negro nos dará mala suerte en todos los aspectos de la vida.

Si vemos salir un escarabajo de un zapato es señal de que no saldrán las cosas como esperamos.

Si vemos un escarabajo encima de alguien es señal de muerte.

Se cree que pisar un escarabajo puede provocar lluvias y tormentas.