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MERLÍN es E. Martínez
(Vidente e investigador.) Dcdo. y profesor universitario. Escritor y columnista.
Ojalá encuentres en el blog la información y/o ayuda que buscas.
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16 noviembre 2006

Los pozos

En todas las civilizaciones el pozo ha tenido un carácter sagrado. Los mayas y aztecas arrojaban a su interior objetos de oro y plata, incienso, e incluso, doncellas vírgenes en honor a los dioses que habitaban en su interior.
Se ha asociado a la abundancia como generador de vida y en cierto modo es lógico, ya que en su interior se encontraba la apreciada agua; asimismo, en muchos textos esotéricos simboliza la verdad y el principio de la sabiduría.
En algunas zonas de Castilla (en España) todavía existe la tradición de mojar al recién nacido con agua del pozo para bendecirlo.
Para averiguar si algo era cierto o si tendría lugar algún acontecimiento en concreto, se formulaba la pregunta y se echaban al pozo alfileres o piedras; si al caer se formaban burbujas, la respuesta era afirmativa.
Observando cómo nos devuelve nuestra propia imagen el agua de un pozo podemos saber si las cosas irán mal; éste será el caso si en nuestra imagen devuelta predominan las aristas; si, por el contrario, predominan las líneas curvas, las cosas marcharán bien.
Echando la ropa de un enfermo a un pozo se podía adivinar cómo saldría de su convalecencia. Si la ropa flotaba saldría curado de su enfermedad; si no ocurría así y ésta se hundía, simbolizaba la muerte del enfermo.
Tirar monedas a una fuente o pozo trae buena suerte; de hecho existen multitud de fuentes en todo el mundo en donde es tradicional esta práctica.
Una antiquísima superstición decía que los accidentes producidos en el interior de un pozo eran causados por el basilisco, un animal mitológico que mataba con sólo mirarlo, y que se creía envenenaba las aguas.