Google

MERLÍN es E. Martínez
(Vidente e investigador.) Dcdo. y profesor universitario. Escritor y columnista.
Ojalá encuentres en el blog la información y/o ayuda que buscas.
Y agradecimientos a Blogger por el espacio ofrecido.

28 septiembre 2008

El incendio de Estocolmo

En el anochecer del 19 de julio de 1759 se iniciaba una agradable reunión en casa de un destacado ciudadano de Gotemburgo, Suecia. De repente, y de forma inexplicable, la eminencia más importante entre los dieciséis invitados que se encontraban allí -el afamado científico y místico Emanuel Swedenborg- se levantó, encaminándose fuera de la estancia sin pronunciar palabra alguna. Cuando retornó unos instantes más tarde, estaba pálido y conmocionado. "Un incendio está causando estragos", dijo. Ya había destruido la casa de un amigo y ahora amenazaba a la suya.
Los invitados intercambiaron miradas de asombro. Como todos sabían, Swedenborg no vivía en Gotemburgo, sino en Estocolmo. Y esta última ciudad se encontraba a casi quinientos kilómetros de distancia.
La reunión siguió su curso, pero Swendenborg salía de la casa en numerosas ocasiones y retornaba para informar que el incendio aún continuaba. Finalmente, a las 20:00 horas, anunció que el fuego había sido controlado, a tan sólo tres casas de distancia de la suya.
Por la mañana, siendo domingo, la visión de Swedenborg estaba en boca de todo Gotemburgo. ¿Realmente había habido un incendio? ¿O sólo se trataba de las excentricidades de un hombre de setenta y un años de edad? A la noche siguiente, un mensajero procedente de Estocolmo despejó la incógnita, trayendo noticias que hablaban de un gran incendio. Tres días después de que se hubiera producido la visión, un segundo mensajero aportó más detalles. Todo encajaba con el relato que Swedenborg había hecho acerca del incendio y, al tiempo, confirmaban que se detuvo a tan sólo tres moradas de la suya y que se había extinguido a las 20:00 horas, tal como él había afirmado.
Swedenborg era un reputado ingeniero, inventor y escritor, cuyo intelecto abarcaba conocimientos que iban desde la psicología a la zoología. Sin embargo, cuando estaba finalizando su sexta década de existencia, recibió lo que él mismo consideraba una visita de la divinidad. A partir de entonces, concentró toda su atención en la teología, la metafísica y la exploración de sus propios poderes psíquicos que, al parecer, eran abundantes.
Para muchos parapsicólogos, la citada visión del incendio de Estocolmo que tuvo Swedenborg, constituye un ejemplo de clarividencia: la facultad de ver psíquicamente aquello que el ojo no puede percibir.