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MERLÍN es E. Martínez
(Vidente e investigador.) Dcdo. y profesor universitario. Escritor y columnista.
Ojalá encuentres en el blog la información y/o ayuda que buscas.
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13 septiembre 2008

La maldición del faraón

En noviembre de 1922, después de quince años de excavaciones en el Valle de los Reyes, al sur de El Cairo, Carter y su mecenas George Edward Herbert, quinto conde de Carnavon, entraron en una tumba hundida. Allí encontraron una magnífica colección de jarrones, carros, tronos y joyas. Sabían que ése era el lugar de reposo del faraón Tutankamon, familiarmente conocido como Tut.
Pero el miedo acompañaba a su triunfo. Corría el rumor de que los jeroglíficos advertían de una venganza contra los intrusos. Una cobra -el símbolo de la realeza egipcia- había devorado a un canario que pertenecía a Carter. Para algunos, el significado de este hecho era claro: un terrible castigo caería sobre quienes violaban la tumba de Tut.
Impertérritos, los exploradores pasaron todo el año siguiente excavando antes de abrir la cámara que contenía el sarcófago de Tut. Pero Lord Carnavon no vivió para verlo. Meses antes había muerto de envenenamiento de la sangre -víctima, dijeron algunos, de la maldición del faraón-.