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MERLÍN es E. Martínez
(Vidente e investigador.) Dcdo. y profesor universitario. Escritor y columnista.
Ojalá encuentres en el blog la información y/o ayuda que buscas.
Y agradecimientos a Blogger por el espacio ofrecido.

19 abril 2010

Retorna a la vida después de ver a su bisabuela en el más allá

Paul EickeTiene tan solo tres años pero, pese a su corta edad, Paul Eicke ha pasado por una experiencia sobrenatural. El pequeño se cayó en un estanque y estuvo clínicamente muerto durante tres horas en las que su corazón dejó de funcionar. Pero ha vuelto a la vida y cuenta que ha visto a su bisabuela en el cielo.
Paul permaneció en el estanque de la casa de sus abuelos durante varios minutos antes de que su abuelo le viera y lo sacara. Su padre le dio un masaje cardíaco durante unos diez minutos hasta que llegó el helicóptero que lo llevó al hospital.
El director del centro médica ha señalado que “nunca tuve una experiencia como esta. Cuando los niños permanecen bajo el agua durante algunos minutos, la mayoría no lo supera. Es un caso extraordinario”.
Pero hay más... El niño dice que, mientras estuvo inconsciente, vio a su bisabuela Emmi, que le hizo volver por una puerta y le urgió a volver con sus padres. Paul dice que “había un montón de luz y yo estaba flotando. Pasé por una puerta y vi a la abuela Emmi en el otro lado. Me dijo. ‘¿Qué estás hacienda aquí, Paul? Debes volver con mamá y papá. Te esperaré aquí”.
“Sabía que estaba en el cielo. Pero la abuela me dijo que tenía que volver a casa. Me dijo que yo debería volver rápidamente. El cielo estaba bien. Pero estoy contento de estar de vuelta con mamá y papá”.
Paul ahora ya está de vuelta en su casa de Alemania y no parece tener síntomas de daños cerebrales.
Estadísticas señalan que la mayoría de niños que sobreviven a los ahogamientos (92%) son rescatados en los dos minutos siguientes a la inmersión. Casi todos los que requieren resucitación cardiopulmonar mueren o tienen graves daños cerebrales. Pero el agua del estanque era muy fría y la temperatura del corazón del niño era de 28 grados comparados con los normales 37 grados. Los frías temperaturas ralentizan el metabolismo, lo que significa que el cuerpo puede sobrevivir más tiempo sin oxígeno.
Los especialistas que lo atendieron han indicado que “mis médicos estaban a punto de decir ‘no podemos hacer nada más’ después de dos horas de comprensión toráfica ya que las posibilidades de supervivencia no existían y el pequeño debía de estar cerebralmente muerto. Pero, de repente, su corazón empezó a funcionar de nuevo. Ha sido un milagro fantástico”.